El Barça remonta la eliminatoria en Londres y jugará su quinta final

Barcelona

 

Londres.- El Barça se clasificó para a su quinta final de Liga de Campeones –la cuarta consecutiva- tras superar al Chelsea por 0–2, en un choque trepidante que se decidió con los goles de Aitana Bonmatí y Fridolina Rölfo, que remontaron el adverso 0-1 de la ida de semifinales.

Las azulgranas consiguieron su pase a la final, que tendrá lugar en San Mamés (Bilbao) el próximo 25 de mayo, después de que un gol de Aitana Bonmatí (min.25) igualara la eliminatoria y que Fridolina Rolfö, de penalti, culminara la remontada a dieciséis minutos del final.

El cuadro ‘blue’, bien plantado y duro de roer, gozó de ocasiones para volver a adelantarse en el marcador antes y después del descanso, pero la doble amarilla –y expulsión- sobre Kadeisha Buchanan en el minuto 59 dejó a las de Emma Hayes con una futbolista menos y penalizó a su equipo.

De hecho, en los primeros compases del duelo, el Barça se presentó armado de insistencia, pero pecó de impreciso en la zona de finalización debido a la intensidad de las de Emma Hayes, que se encomendaron a la dureza en los duelos que tanto les funcionó en la ida.

Si bien a las de Jonatan Giráldez les costó materializar el primer disparo a puerta -que no llegó hasta el ecuador del primer tiempo-, con él arrancó el peligro ofensivo del campeón de Europa.

En el minuto 25, Bonmatí recibió un balón filtrado de Patri Guijarro y habilitó el espacio, bailó sobre sí misma, y disparó. La fortuna le sonrió a la catalana, omnipresente en la zona de creación, y el chut, desviado por la misma Buchanan, acarició la red para celebrar el primero del partido. Así, las tablas habían vuelto a la eliminatoria y, con ellas, un diluvio de ocasiones por parte de ambos equipos.

Inglesas y españolas dejaron constancia de su hambre de final. El combinado londinense topó con un larguero, un poste, y con la posibilidad de adelantarse en el marcador en otro par de claras ocasiones y, aunque el conjunto azulgrana, con menos claridad pero más volumen, hizo lo propio, el empate vistió el marcador –y la igualdad el juego- buena parte del segundo tiempo.

El encuentro se torció para el local con la segunda amarilla de Buchanan (minuto 59), y el Chelsea, que se crecía por momentos, acabó defendiendo cerca de su portería con diez con la contra reducida a su única amenaza.

Solo 15 minutos después de la expulsión llegaría el penalti de Lawrence sobre Bonmatí y Rolfö no perdonó. Al final, y pese a la buena respuesta de un Chelsea muy digno ante las embestidas de su rival, los méritos del Barça terminaron por situarle cada vez más cerca de revalidar su título de campeón de Europa. En San Mamés luchará por levantar su tercera copa.